Negligencias Médicas

Tradicionalmente se ha considerado a la profesión médica como intocable y hace unos años resultaba impensable demandar a ningún Médico a pesar de que, como todos, también ellos pueden cometer errores. Y de hecho, cuando los cometen son los errores más importantes para todo individuo, ya que afectan a su vida y a su integridad física.

Sin embargo, la evolución de la sociedad y la conciencia de las personas de que nuestro bienes más preciados son nuestra salud y nuestro cuerpo, amparados por el art. 15 de la Constitución, que postula que “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral” completado con el art. 43 de nuestra Carta Magna “Se reconoce el derecho a la protección de la salud” han hecho que en aquellas ocasiones en que, con ocasión de una prestación asistencial sanitaria, una intervención quirúrgica, una asistencia en el Servicio de Urgencias, un diagnóstico erróneo, etc., los particulares se planteen demandar al/a los Médicos intervinientes y/o al Hospital en que se ha practicado el acto médico, así como, en el caso de hospitales públicos, a la Seguridad Social.

Ciertamente, todavía muchas personas tienen reparos a la hora de demandar a “su” médico, o a “su” cirujano, pero todo dependerá de la entidad del daño causado, tanto a nivel físico como a nivel moral y de las secuelas que le queden al perjudicado, en el caso de que sobreviva a la actuación médica incorrecta y el cambio radical que las mismas conlleven para toda su vida futura.

En cualquier caso, serán las Compañías de Seguros con las que los médicos tienen suscritas sus pólizas de seguro de responsabilidad civil obligatoria, y los Hospitales sus pólizas de responsabilidad civil, quienes indemnicen a los perjudicados por los daños y perjuicios sufridos en la prestación del servicio sanitario.

En las prestaciones asistenciales defectuosas, que pueden dar lugar a una indemnización, ésta deriva tanto de una obligación contractual (más clara en el caso de Centros Hospitalarios privados, o en casos de Cirugía Estética o Dentistas) como de una responsabilidad extracontractual (por culpa o negligencia derivada del art. 1.902 del Código Civil).

Sólo en aquellos asuntos más graves, con una imprudencia muy grave y/o un resultado lesivo muy importante (fallecimiento, secuelas graves), los hechos pueden ser constitutivos de los Delitos previstos en los artículos 142, 146 o 152 del Código Penal.

Una cuestión aparte, pero fundamental en este tipo de asuntos, es la necesidad del Consentimiento Informado facilitado al paciente, así como la suficiencia de la información facilitada al paciente en el mismo y su aceptación.